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PLACA IMPROCEDENTE

VIII
La amplia fachada de este palacio no ha bastado para elegir un lugar en el que colocar la placa identificadora del organismo oficial que cobija. Se ha visto más oportuno taladrar, para la eternidad, una de las jambas monolíticas que conforman la portada del siglo XVII.

2 comentarios:

Fr. B. Tapatensis dijo...

Hermana Tornera:
Me desconsuela que sus ojos yerren tanto como lo hace el objetivo de su cámara fotográfica, digital sin duda (¡el Torno ha de soportar tanto!). Si Dios en su misericordia no permite que me engañen los míos, no son una placa sino dos las que ornan (¿tal vez ornaban?) tan regio edificio. Así que no una jamba sino las dos han sido entonces perforadas. Si las placas ya no están busque y hallará los orificios en que se atornillaron.
-No me falla la memoria, Hermana Tornera: una de las placas campeaba a mayor honra y gloria de los Verdes y la otra anunciando las Ciudades Digitales.
-No, Hermana, no. Ni son un partido político ni son celestiales precisamente, sino brigada y digitales.
-Tampoco, hermana, tampoco. Digitales eran sólo las ciudades no los Verdes. Además digital viene de dígito no de dedo.

La Hermana Tornera dijo...

En efecto, fray Bartolo, en algún momento hubo dos placas, pero ahora sólo queda la de la Brigada Verde y, como bien indica su paternidad, en la otra jamba permanecen para la eternidad cuatro hermosos agujeros con sus tacos de un moderno material, obra del Maligno, al que no denominan PVC (que sí está profusamente representado en el palacio de Las Cadenas -¡quién diría que en tiempos fue residencia y estado de una virtuosa congregación!-), sino polietileno. Vamos, de plástico.
Dios mediante, en una próxima entrada daremos cuenta gráficamente de la mucha razón con que iluminó a su paternidad Nuestro Señor.
De todas formas, he de reconvenir a su paternidad. Digital viene de dedo...