XL
Cuando el pasado 15 de septiembre publicaba una entrada titulada "La milla de oro" alabando los muchos aciertos urbanísticos y los logros alcanzados para la conservación y respeto del patrimonio situado en las cercanías de la iglesia de Santo Domingo, sinceramente creí que lo que se presentaba era insuperable de todas todas. Pero esta claro que la creatividad humana es algo situado -generalmente- fuera de todo límite. ¿Cómo podrían explicarse, si no fuese así, las mejoras introducidas en el rincón del que entonces hablábamos? Y es que a una simple y desaprovechada terracita han venido a añadirse dos servicios imprescindibles para un turismo moderno, exigente e informado (vamos, cultural): el transporte urbano de baja contaminación y una novedosa oferta de autococina. ¡Enhorabuena!
1 comentario:
¿Quién le pone el cascabel al gato?
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