XXXIX
¡Señor, Señor, con lo que presumimos del hospital de Santiago como palacio de congresos y de "eventos" sin par y lo poco que cuidamos de él! Y es que como puede comprobarse en las ya muchas entradas de este cuaderno lo mismo sirve como almacén municipal, que como tablón de anuncios, que como botellódromo oficial, que como lugar para montar exposiciones de palomos y de canarios, que como marco incomparable para certámenes comerciales, que para encuentros de encajeras, que como mil cosas más, todas ellas muy dignas y necesarias para el prestigio de esta tan monumental, patrimonial, congresual, eventual (ya saben que por lo de los eventos) y últimamente también cinematográfica ciudad. Hoy presentamos un cuidado rincón, una antigua puerta en el callejón de Santiago, en la que como pueden ver no falta, decorativamente hablando, ni un detalle: pintadas, cuidadísimo muro de ladrillo, latas de bebidas y otras lindezas. En fin, vamos por el buen camino para dejar de ser monumentales, patrimoniales, congresuales, eventuales y cinematográficos, pero quizá por el mejor para que nos podamos colgar simplemente el título de tontos. Por cierto, alguien podría decirme si cuando acabe la actual exposición de canarios uno de esos bellos animalitos podría ser donado a este convento. Nos alegrarían tantos sus trinos...
¡Señor, Señor, con lo que presumimos del hospital de Santiago como palacio de congresos y de "eventos" sin par y lo poco que cuidamos de él! Y es que como puede comprobarse en las ya muchas entradas de este cuaderno lo mismo sirve como almacén municipal, que como tablón de anuncios, que como botellódromo oficial, que como lugar para montar exposiciones de palomos y de canarios, que como marco incomparable para certámenes comerciales, que para encuentros de encajeras, que como mil cosas más, todas ellas muy dignas y necesarias para el prestigio de esta tan monumental, patrimonial, congresual, eventual (ya saben que por lo de los eventos) y últimamente también cinematográfica ciudad. Hoy presentamos un cuidado rincón, una antigua puerta en el callejón de Santiago, en la que como pueden ver no falta, decorativamente hablando, ni un detalle: pintadas, cuidadísimo muro de ladrillo, latas de bebidas y otras lindezas. En fin, vamos por el buen camino para dejar de ser monumentales, patrimoniales, congresuales, eventuales y cinematográficos, pero quizá por el mejor para que nos podamos colgar simplemente el título de tontos. Por cierto, alguien podría decirme si cuando acabe la actual exposición de canarios uno de esos bellos animalitos podría ser donado a este convento. Nos alegrarían tantos sus trinos...
2 comentarios:
En vez de esos alegres, simpáticos y cantarines animalitos como son los canarios, ¿No preferirías quedaros con nuestros políticos? Os los regalo todos.
¿Qué os ha hecho nuestra pía Comunidad, que su perdición procura?
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