XLIII
Recuerdo, ya que la vida en el convento no anula lo vivido en el siglo, las muchas opiniones dadas desde hace mucho tiempo, tanto por expertos como por quienes creen que lo son en cualquier tipo de materia, sobre el significado profundo de la decoración de una de las casonas más populares de Úbeda. Me refiero a la situada en la calle Luna y Sol, que le da nombre, precisamente porque sobre su airoso arco de grandes dovelas se manifiestan con todo detalle la representación del Sol y de la Luna. Así, los amigos de lo esotérico han lanzado al aire las más variopintas interpretaciones, otros -a los que lógicamente me uno- no han visto sino una representación figurada del Pulchra ut Luna y del Delecta ut Sol del Cantar de los Cantares que desde antiguo se asocia a la Santísima Virgen y a sus extraordinarias cualidades. Pero parece ser que ni los unos ni los otros son poseedores de la verdad. Y es que el significado único y final de la representación de los dos astros en la portada a lo que hace referencia es a la concesión de un permiso: el de aparcar tanto de día como de noche. Y esta interpretación definitiva se la debemos a la inteligencia del muy perspicaz vecino que dándose cuenta de lo que decimos no duda en ocupar la acera, en obstaculizar el paso y en ocultar tan original muestra arquitectónica tanto de día como de noche o, lo que es lo mismo, de sol a sol o de luna a luna. Y lo hace ¡cómo no! de forma hermosa y brillante.
4 comentarios:
Habría que consultar el tema con los expertos en la materia, se me ocurre que la policía local lo mismo sabe algo al respecto, o tal vez no sepan o no quieran saber nada...
Saludos, hermana tornera.
He de mostrarme en todo de acuerdo tanto con la entrada como con el anónimo comentario que se hace. Sin embargo, creo que se está tomando el motivo como una simple excusa para la crítica, cuando la consecuencia que se puede extraer, no exenta de simbolismo, integra el casco histórico de Úbeda en un todo con el conjunto de la ciudad. No es que ese señor, quien sea, pueda aparcar sobre la acera ante esa conocida casona día y noche impunemente. No. Es que en la totalidad del casco histórico quienquiera puede hacer con su coche lo que le venga en gana sin que nadie lo inquiete, lo denuncie o lo sancione. Porque en el casco histórico (esta es la grandeza de la situación) como en el resto de la ciudad, todo conductor puede hacer lo que quiera (el aparcamiento indebido es la mínima expresión de esa libérrima potestad) ante la más absoluta indiferencia de la Policía Local, que consiente (y esto de ahora es para entroncar tanto con el tema de la entrada como con ese vértigo feroz al que estamos condenados por la invención sistemática de este tramoyista nacionalismo andaluz), como querían Quintero-León-Quiroga, que
en mi calle sin salía,
Ya no pueda caminá,
Ni de noche, ni de día,
Ni p'alante, ni p'atrá.
He de apuntar, que sí, que está muy bien que se notifiquen los incívicos comportamientos y desaguisados cometidos en innumerables sitios y ocasiones de nuestra descuidada y maltrecha ciudad, y que se le eche la "culpa" a los municipales, independientemente de que estos deberían actuar de oficio, no estaría de más que de vez en cuando hiciéramos uso del derecho de "DENUNCIAR" oficialmente, ya sé que esto supone a veces alguna molestia, pero es necesario si queremos una ciudad mejor que ayudemos a los responsables del mantenimiento del la Ley y el Orden.
Saludos
Coincido con Lorenzo, aunque creo que una parte del problema radica en que parece que toda denuncia no es sino voluntaria, tanto las de los ciudadanos como las de los agentes de la Policía Local. Y sin embargo en algún sitio he leído que las denuncias se denominan voluntarias cuando las efectúan particulares (y también, incomprensiblemente, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía) y necesarias cuando las efectúa la Policía Local y la Guardia Civil.
Si por necesarias debemos entender «que forzosa o inevitablemente han de ser o suceder», la Policía Local debería emplearse un poco más a fondo.
A las denuncias voluntarias, en un país tan anárquico como el nuestro, no hay quien les quite el tufo a venganza privada. Por eso la Policía Local, que es la que necesariamente formula estas denuncias, debería estar un poco más atenta, o más comprometida, con esta actividad de policía que resulta básica para tener a disposición de todos unos espacios públicos civilizados.
Mis saludos a la Tornera.
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