______________________________________________________________________________________________________________________________

¡SEÑOR, QUÉ CRUZ!

LVI
Pues parece (al menos en ese sentido se ha filtrado un rumor por las rendijas de este torno) que en el claustro de Santa María ha aparecido algo más que tierra. Incluso se habla de que la obra se ha parado y de que, como Dios manda, hay que proceder a un reconocimiento arqueológico de los enterramientos encontrados (que posiblemente en eso consiste el hallazgo). Apenas hace unos pocos días que denunciábamos desde este torno que en el claustro se estaba interviniendo demasiado a la ligera, de que la ausencia de un arqueólogo eran tan evidente como escandalosa, y parece que no nos faltaba la razón cuando decíamos lo que decíamos. Ahora me pregunto, si los enterramientos ha aparecido en el costado oeste (en el único que es posible su presencia porque en el resto ya el hormigón campea a sus anchas), ¿qué ha pasado con los restos y con las tumbas situadas bajo las lápidas de la entrada?, ¿se han producido otros hallazgos de los que no nos hemos enterado?, ¿se ha tapado lo que no debía taparse?, ¿nos enteramos ahora de esto porque lo encontrado es difícil de ocultar o lo hacemos porque se ha denunciado que no se actuaba bien? En fin, creo que nos merecemos alguna que otra explicación, aunque mientras llega, si es que lo hace, debamos seguir cargándonos de resignación. Después de todo, esto no es sino una desgracia más, hasta es posible que una incompetencia más, de las muchas que vienen acompañando al templo en los últimos veintiséis años.

4 comentarios:

Diego de la Cruz dijo...

Hermana,la veo preocupada en exceso; debemos estar más tranquilos porque las personas que allí fueron enterradas, por estarlo en sagrado, ya están a la derecha del Padre y sus despojos humanos no los va a reclamar ningún familiar. Alborocémonos de los bonita y alegre que nos van a dejar lo que antes era Colegiata (también llamada Iglesia Mayor Parroquial de Santa María de los Reales Alcázares), a lo mejor le ponen hasta lámparas con espejitos, como lo que hicieron cuando el Teatro Ideal Cinema los trnasformaron en discoteca, anda que no estaría chulo... Cuídese.

La Hermana Tornera dijo...

No veo yo lo de la discoteca. Mejor un aparcamiento vigilado del que tan necesitado está el casco histórico.

LA HERMANA PECADORA dijo...

Ay, Madre, la purga de mis muchos pecados me ha tenido retirada de este santo convento en que tanta sabiduría se destila, y aún sabiendo que sus muchos esfuerzos en la defensa de la que fuera patrimonio histórico de nuestra ciudad y ahora es mera moneda de cambio turístico, serán en balde si me gustaría hacerle un par de apreciaciones sobre esto que comenta Vd. del claustro de la antigua Colegiata. Cierto que es que habría mucha tela que cortar en este tema, casi tanta como lápidas desaparecidas, rejas mutiladas y patrimonio maltratado se ha acumulado en Santa María.
Pero yendo a lo del claustro me gustaría que pensase Vd. en lo sucedido allí. ¿Recuerda Vd. la visita de la Consejera a Santa María en días pasados? ¿Recuerda su maternidad por donde entraron las fuerzas vivas en el templo? ¡Por la parte del claustro de la Consolada, precisamente la entrada que nunca ha sido utilizada para tal fin? ¿Recuerda tan santa monja como la parte del claustro que da a los pies del templo estaba vallada? ¡Ay hermana, que creo que la visita de la Consejera le ha sentado a la obra como a un santo dos pistolas! Porque para ese día ya estaba descubierto el enterramiento que ahora paraliza la obra del claustro, y pasó la comitiva casi regia por encima del claustro en el que sí había dado tiempo a destruir cualquier cosa –enterramiento, bóveda o cripta– que hubiera podido aparecer. Pero hete aquí que la Consejera planta sus reales en el templo, para con bizarría hacer frente a la acometida que le mandan los venerables hermanos de Jesús, y los no menos bizarros albañiles tienen que ocultar la bóveda de enterramiento que no ha dado tiempo a hundir, escombrar y transportar en felices camiones al vertedero, lugar de reposo eterno de tantos hombres santos como beneficiaron a nuestra Santa María.
Y ahora, ay madre, dice el padre confesor que las procesiones a lo mejor no pueden salir de Santa María porque como nadie (ni consejera ni alcalde ni Venegas) sabe las fotos que echamos de la bóveda, cripta o enterramiento del claustro el día de la visita (cuando nos escaqueamos arremangándonos los hábitos y zascandileamos por los claustros) nadie se atreve a ordenar el derribo de lo descubierto, como sensatamente sospecha su maternidad pudo hacerse en la zona de la Consolada. Nunca visita alguna resulto más inoportuna. Serán cosas de la magia.

Anónimo dijo...

¡Albricias! ¡Por fin la visita de un prócer a Santa María parece haber servido para (obstaculizar) algo!