CXXV


Mire usted por donde ahora se nos dice que las obras de la fase final de la demolición y reinvención de Santa María han sobrepasado el presupuesto fijado inicialmente en cerca de 300.000 euros. Así, al menos, lo ha manifestado a la prensa local el señor Alcalde para tapar las insidiosas informaciones que hablaban de que no se estaban realizando a la empresa encargada los pagos correspondientes. Y ante la posibilidad de que ahora se nos diga que el aumento del gasto se debe a las modificaciones que hubo que reproyectar en la capilla de Jesús Nazareno (el único colectivo que ha sabido oponerse a la barbaridad que se pretendía realizar en su espacio y defender una intervención sensata ante los propietarios del templo y ante los responsables de la desgracia), una se pone a pensar -ya que no cree que el salto del presupuesto pueda deberse a eso- en qué se ha podido gastar esa nada despreciable cantidad -para entendernos- de 50 millones de pesetas. Y pensando, pensando sólo se me ocurre una cosa después de observar las luminaria y los postes de los altavoces que se han dispuesto a lo largo, ancho y alto de todo el templo. Como bien pueden apreciar, presentan el más puro, actual, atrevido y caro diseño y sin duda han sido elegidos por la sintonía que el acero inoxidable mantendrá con el renovado y acertádisimo aspecto neomudéjar que muy pronto el templo manifestará a los ubetenses, suponemos que pudorosamente por su parte (la del templo) ante tamaña barbaridad arquitectónica y sin ningún tipo de vergüenza por la de los promotores (ya sabemos quienes son) de tantas y tan variadas calamidades. La última de todas, sin duda, la de esos focos, que por docenas compiten en belleza con los capiteles del claustro, y la de esos postes de sonido, que no tendrán rival a la hora de anunciar las maravillas de la intervención realizada, supongo que poco antes de las elecciones municipales, en un acto (y doy ideas gratis) que bien podría convocarse con una nueva modalidad de toque, se podría denominar como de "tañido a mitin", desde las muy resplandecientes campanas de relamido aspecto también intervenidas.
1 comentario:
Hermana, somos la leche (perdón por la expresión), no hay nadie ni nada en el mundo que haga lo que nosotros: un templo -una amalgama- ex novo declarado Patrimonio de la Humanidad. Somos grandes. Saludos.
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