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PASEANDO POR LA MURALLA

CXXXI
Decir que pasear por la Redonda de Miradores puede convertirse en un verdadero placer para la vista, no es descubrir el Mediterráneo, y más, desde que ya hace algunos años se intentó mejorar (lográndolo en parte sí y en parte no) el aspecto de ese espacio tan olvidado y abandonado de Úbeda, que desde entonces pasó a denominarse con el pomposo nombre de Ronda Sur (digo yo que para distinguirla de las rondas Norte, Este y Oeste). Y quizá por esas posibles carencias, algunos vecinos poco satisfechos con el resultado final optan por poner de su parte todo lo necesario para una mejora sustancial de la "cosa patrimonial". Se explica, así, que a la altura de la Fuente de la Saludeja -por aquello de ser altamente representativa- se concentren algunas de esas intervenciones privadas, tan beneficiosas y de tanto interés turístico. Les invito, pues, a que comprueben en un cultural paseo por la citada ronda como la muralla se decora con banderas de todo tipo, con maniquíes con coraza y con carteles anunciando la existencia de un palacio árabe y como a ras de suelo, tras el pretil que acota el acerado que se abre al valle del Guadalquivir, la decoración se basa no en lo "histórico" de las alturas sino en todo tipo de elementos de desecho creando magníficas muestras de Arte Pobre.

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