Cada vez me sorprende más la capacidad del ser humano para hacer el ridículo sin sentir vergüenza. Hoy les invito a centrar su atención en la fotografía de una casa situada en la plaza del Marqués en la que hace algunos años -cómo no- se decidió sacar la piedra de la mitad de sus paramentos, quedando la otra mitad -en una inefable solución que cada vez se ve más- enfoscada. Pero claro, no se tuvo en cuenta que entre sus piedras se escondía una cabecita en relieve llena de gracia y de encanto y sin duda resto de un desaguisado mas antiguo. Finalizada la obra, se vio que como la cabeza no destacaba de la desnuda pared había que buscar una solución y ciertamente se optó por una genial: rodearla con un recerco de cal que a modo de almohada cervical la arropa y muy posiblemente también la alivia del desagradable dolor que produce tanto disparate cometido contra el patrimonio. ¡Ah! y para colmo -sin duda porque de lo hecho hay que sentirse muy orgulloso- se dispone un foco para resaltar la maravillosa solución encontrada. ¡Señor que tropa!
7 comentarios:
Siento, hermana, no compartir las opiniones que vierte en ese billete que tan arbolariamente como suele ofrece a la curiosidad pública.
No estoy de acuerdo con su afirmación de que la fachada se haya picado sin advertir la presencia de aquel encalado angelote, mi opinión sospecha que se picó suponiendo que con el ángel en piedra el aspecto general del edificio ganaría. Como ve, eso que su maternidad llama "almohada cervical" no hace más que darle la razón a cuantas veces se ha quejado de este moderno mal de la piedra que consiste en desnudarla. Quien haya picado ese muro ha comprendido ya que sin revoco se pierde el ángel, como se han perdido las capillas, la luz y la organización espacial en Santa María de los Reales Alcázares. Otros tardarán mucho más en darse cuenta.
En cuanto a que el remedo que han empleado para reinsertar en este mundo a ese malhadado ángel deba llamarse "almohada cervical" creo que tampoco acierta. Morfológicamente es antes herradura que almohada y lo de cervical es una mera, moderna y barata superchería. Yugo puede ser, o herradura. Yo me inclino por herradura que un ángel sólo ha de saber de un yugo y no es de yunta.
Lo de que tan menguada calle se llame plaza del Marqués también se me antojó barbaridad por su parte, pero he de admitir que hasta la Dirección General del Catastro extiende la denominación de tal plaza a ese discreto callejón que servía de salida al Teatro Principal, aunque él mismo salida no tuviera. Por ello, me atrevo a sugerir a quien competa, así sea el Corregidor, que dé a ese espacio en extremo privatizado una denominación morfológicamente exacta y conceptualmente acertada. Me atravería sugerir la de callejón del ÁNGEL HERRADO.
Por la talla, del Ángel, por quien la picó, Herrado.
Que su maternidad celebre píamente la Inmaculada y Dios confunda al corrector ortográfico de esta página, que parece censor aliado con lo políticamente correcto.
Con rubor he de admitir que me reprime el Prior, que este Monasterio no es abadía sino priorato, por la dureza de los términos vertidos en el comentario anterior. Me dice que, pese a que pudieran ser correctas mis consideraciones, los términos "arbolario" (por alocado y sin seso), "superchería" (por engaño, dolo o fraude) y "barato" (con el mismo sentido de engaño o fraude o con el de poco precio) exceden con mucho la facultad con que aun con motivo debe reprimir el superior, y ni yo lo soy en relación a la Hermana Tornera ni el motivo deja de ser banal.
Si en lo de herrado también erré, quede a la consideración de quien leyere.
Yo, por si acaso y porque me recrimina quien puede, pido disculpas.
Pío Nono se alegrará de nuestra celebración mañana.
Hay que estar muy vacio en la vida para estar pendiente de tanta tonteria, con la de personas y necesidades que hay por el mundo.
Verdaderamente una vez más se demuestra que la ignorancia es muy atrevida. ¿Acaso conoce algo de mí, mi anónimo amigo, además de mi interés por el patrimonio, para criticarme? Al menos demuestro que me preocupo por algo de esas cosas que hay por la vida y así la lleno en una pequeña parte. El resto del supuesto vacio lo voy ocupando con otras muchas de las que no presumo ni divulgo, como usted hace, dándonos lecciones de moral. Gracias.
"la ignorancia es muy atrevida" ¿es por mi, o por usted, que realmente no sabe lo que yo puedo o no saber?. ¿quien ignora y el que?
Claro, usted erudito licenciado doctorado no puede ser.
Claro, usted erudito licenciado doctorado tiene la potestad, ¡que digo!, la obligación de salvaguardar el valor puro del arte, de catalogarlo, de dictar como debe ser.
Y yo me pregunto, en un psicoanalisis Froidiano,que sentido tendra el tener un alias como el suyo. pasar de esconderse tras las faldas de su madre, a meterse bajo unos hábitos, pero no de fraile, no, de monja y tras un torno.
Esto para una persona ignorante como yo, parece dificil de descifrar, pero a usted ¿que le dice?. y por favor ahorrese lo de que yo me escondo bajo el anonimo.
Debe ser triste salir a pasear buscando los defectos, sacando lo negativo. El mas minimo detalle sirve para tirar por tierra cualquier esfuerzo. El esfuerzo de los ignorantes que no somos eruditos licenciados doctores en arte.
Y se equivoca dos veces mas, no soy su amigo, y su interes no es el patrimonio.
Si en algun momento mis palabras han podido parecer moralistas, pido mil disculpas, nada mas lejos de mi intención.
Mi única intención es pedir un poco de humildad, de respeto.
Aunque me consuela ver, mi querido amigo (retóricamente hablando claro), que pide disculpas por moralizar, creo que no llega a entender que cuando hablaba de ignorancia no me refería a lo que pueda o no saber sino al hecho de que se atreviera a darme consejos sin saber absolutamente nada de mi vida.
Y no podía ser de otra forma. ¿Cómo iba a tildar de ignorante a quien desprecia el conocimiento y los títulos de los demás, a quien entiende que hay que salir a pasear de una determinada manera, a quien sabe con toda claridad lo que cada uno defiende o no, a quien vuelve a moralizar hablando de humildad y de lo que es correcto o no lo es y, en definitiva, a quien es capaz de tan profundos análisis psicológicos?
Al amigo anónimo me gustaría decirle que Úbeda está llena de esas pequeñas tonterías en las que sólo se fijan los vacíos y desocupados, según él. Parece que le mosquea que alguien -aunque se esconda bajo un hábito religioso- los airee. ¿Será que come ajos y por eso se pica? Lo cierto es que con tantas pequeñas barrabasadas al patrimonio monumental, urbano y cultural ubetense no lo conoce ya ni la madre que lo parió -que diría el Guerra, el político, no el torero-. Con estas denuncias, que son la única voz que se alza, nos damos cuenta de cuán pasivos e indolentes somos en este pueblo -sí, pueblo; pues nos falta carácter ciudadano y nos sobra chauvinismo pueblerino y cateto- para mirar hacia otro lado cuando día tras día se atenta contra lo que nos legaron nuestros antepasados.
Ánimo, hermana tornera, no desfallezca; yo, por mi parte, la tendré presente en mis -pocas, he de confesarlo- oraciones.
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