XLVIII
Cuando, después de muchos años abandonada y tirada en un solar, la portada de la Casa del Caballerizo se puso en pie como increíble solución para dar paso -a modo de artístico e incomparable pórtico- a un moderno pasaje, a medias comercial y a medias residencial, quizá muchos pensaran que los males de este desgraciado monumento se habían terminado, pero una vez más no fue así. Alguien -eminente sin duda y con sabio criterio- ha ido pensando que una portada de piedra es un soporte más firme para la colocación de hasta tres señales de tráfico que cualquier otro tipo de pared. Con todo, hubiese sido conveniente -por aquello de lo artístico y de las cosas bien hechas- el situarlas al modo de los medallones platerescos en pleno centro de las desnudas enjutas. ¡No aprenderemos nunca!
2 comentarios:
Hermana, como Vd. está acostumbrada a la sobriedad de sus hábitos, no repara en la alegría del colorido que aportan esas señales, sobre todo en estos tiempos tan grises... Cuídese.
Han pasado ya 7 meses y el Ayuntamiento no le ha hecho ni puto caso. Natural, hermana, siendo usted gente de iglesia. ¿Por qué no trata de sacarse un título universitario que la acredite? Por ejemplo, Doctora en Historia del Arte. Entonces ya vería como la tenían en cuenta. Ya vería, ya...
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