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JUSTIFICAR LO INJUSTIFICABLE

CXXVI
Pues resulta que a través de una nota dejada en el torno he podido enterarme de la emisión de un programa sobre Santa María en una de las televisiones locales. Y como la nota era digital y traía un enlace a una página web (¡Señor, Señor, las cosas que una ha tenido que aprender!), he podido visionarlo con todo detalle; con tanto, que me voy a permitir hacer algunas consideraciones sobre el contenido general y sobre la entrevista realizada en el mismo al arquitecto encargado de la obra en estos últimos años. Así, sobre el contenido, lo que más llama la atención es el buen número de errores que sin pudor y con aparente erudición en la exposición se vierten a lo largo y ancho de todo el documental: Número de canónigos (se habla de más de treinta cuando en el mejor de los casos sólo tuvo ocho), casa parroquial como lugar de origen de las procesiones, adelantar en varios siglos la construcción de la misma, supuesto altar de San Miguel en el trascoro, curiosos y equivocados recorridos procesionales dentro del templo, organización del cabildo colegial, confusión de la sacristía con la sala capitular, situar la sacristía en una sala de paso para la sala capitular, disponer altares donde nunca los hubo, disponer cajoneras donde existió un espacio para guardar la plata, dar opiniones más que curiosas sobre el funcionamiento de las parroquias de Úbeda, afirmar que el cabildo municipal ocupaba el coro de la colegial, lanzar curiosas opiniones sobre la capilla de Jesús y sobre su origen, etc., etc., etc. Es decir, divulgar nuestro patrimonio desde el desconocimiento y desde el error. Pero, con todo, lo más interesante del susodicho programa no es lo ya apuntado, como las opiniones vertidas y las piruetas justificadoras que el señor arquitecto hace para explicar algunas de las actuaciones más discutidas de su prolongada intervención; concretamente, y según sus propias palabras, el picado de la piedra y la construcción de un artesonado sustituyendo las bóvedas barrocas. Don Enrique defiende, con razón, el complicado proceso técnico llevado a cabo y lo hace con solvencia porque se ve que de eso entiende, y además nadie lo critica por este aspecto; pero cuando intenta justificar lo injustificable del absoluto cambio al que ha sometido al templo, recreándolo en una integral pérdida de identidad, para "cerrarlo" con un aspecto "unitario", es capaz de defender una cosa y la contraria sin ningún tipo de pudor. Por ello, da peregrinas explicaciones sobre el picado de la piedra de los muros perimetrales y de la capilla de San José y otras contrarias sobre el mantenimiento del enlucido en la sacristía y en la capilla de Jesús, aunque en estos casos es posible que ya temiera una revuelta popular por las críticas a las que se estaba sometiendo su labor. En definitiva, que don Enrique mostró sus ideas sobre restauración y al no convencer con ellas enseñó otras al cien por cien contrarias (como los principios de Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros"). En fin, como no quiero ser pesada me permito recomendar las opiniones que sobre la restauración de Santa María ya se han expresado en este cuaderno. Para leerlas basta con pinchar en el enlace "IGLESIAS".

17 comentarios:

Jose Manuel Almansa dijo...

Hermana, el arquitecto ya vendió su 'magistral' restauración en su charla, mejor dicho, en su laaaaarga charla...

Unknown dijo...

Agradezco hermana su crítica hacia mi programa.

He de decirle que normalmente me documento bastante antes de hablar, es evidente que un programa de TV no le voy a mostrar mi bibliografía, pero cuando usted crea conveniente (no lo creo, porque desde el anonimato se habla muy fácil), tenga usted a bien intercambiar conmigo opiniones (la invitó a un café), des pués yo le enseño mi bibliografía y usted me enseña la suya. Seguro que sacaremos algo productivo.

He aquí mi móvil personal que tengo el gusto de darle: 652888801

Reciba un abrazo.

Unknown dijo...

Del mismo modo hermana tornera, reflexionando, he pensado que usted no me va a llamar (a lo mejor me equivoco), por esta circunstancia, sin calentarme demasiado la cabeza y sin perder demasiado tiempo (que si usted quiere ya le indico que no me importa perderlo en una charla fructífera), podría parecer que puedo ir de farol, así que simplemente le voy a desmentir de un plumazo uno de sus comentarios, el que me realiza sobre un supuesto altar de San Miguel en el trascoro.

Dice Ruiz Prieto: "A espaldas del Coro, frente á la Capilla de la Yedra, hay otro altar, cuyo retablo lo constituye un cuadro con la imagen de San Miguel, de bastante mérito, que fue costeado á principios de neste siglo (en 1824), por el tesorero D. Juan Antonio Muñoz de Lago. El cuadro parece más antiguo."

RUIZ PRIETO, Miguel. Historia de Úbeda. Publicada por Alfredo Cazabán Laguna. Edición Facsímil, Universidad de Granada, Granada, 1999. Tomo II, pág. 25.

Mire usted, no le estoy mandando a ningún libro extraño escondido en el archivo más remoto (que si usted quiere se los enseño), le estoy mandando quizás al libro más conocido de Historia de Úbeda, con sus errores por supuesto, pero muy descriptivo de la ciudad a principios de siglo.

Le recomiendo que lo lea, ha demostrado usted que no lo conoce y para qiquiera atreverse a decir algo de Úbeda hay que conocer al menos dicho manual.

La Hermana Tornera dijo...

Me va a permitir en primer lugar, mi bibliográfico amigo, decirle que me alegra mucho que se documente para realizar sus trabajos y que no quiera presumir de bibliografía. Eso mismo me pasa a mí. Tampoco me gusta presumir y por ello prefiero guardar cierto anonimato, que ya creo que no engaña a nadie -salvo a usted por lo que parece- porque todo el mundo que lee este cuaderno sabe de mi identidad. Es la modestia y la utilización de un recurso clásico en literatura lo que me lleva a usar un seudónimo, nunca la cobardía, como parece sugerir. Esa misma modestia me lleva a no presentar programas de televisión y me obliga a expresar humildes opiniones sobre cuestiones de patrimonio en este mísero cuaderno que en nada puede competir con el poderoso medio audiovisual en el que usted se mueve. Pero en fin, ya que me reta a enseñar nuestras bibliografías simplemente quiero apuntar que tengo algunas cosillas escritas y publicadas y entre ellas un par de libros y algún que otro artículo sobre Santa María.

No obstante, lleva razón al decir que me he equivocado con lo del altar de San Miguel, pero no puede decir absolutamente nada de todas los demás aspectos que critico de su afirmaciones en el programa. Lo de San Miguel tiene una explicación bien sencilla. Usted habla fundamentalmente de la historia de la colegiata refiriéndose a los siglo XVI y XVII y eso me ha llevado a pensar en el coro de esos siglos no en el que se conforma en el siglo XIX con algunas donaciones como la del canónigo Muñoz de Lago, sobre la que, por cierto, en su momento aporté documentación inédita. Con todo, le admito que me ha metido un gol, pero creo sigo ganando por goleada.

Lo que no le consiento bajo ningún concepto es que me dé clases sobre el conocimiento de la obra de Ruiz Prieto o de la bibliografía sobre Úbeda. Mire usted por donde, casi con toda seguridad antes de que naciera, yo ya había participado activamente en la edición crítica de la Historia de Úbeda de don Miguel que en el año 1982 publicó la Asociación Cultural Pablo de Olavide. ¿La conoce? Fue la primera que se editó completa, incluso con el apéndice documental. Y por supuesto lleva razón al defender la importancia de esta obra para conocer la historia de Úbeda, pero hay bastantes fuentes más no siendo las menos relevantes las directas que se conservan en nuestros archivos.

En fin, no quiero entrar en polémicas, ni tampoco quiero recomendarle lecturas de libros sobre el tema del que habló en la televisión, aun sabiendo que no lo mandaría como usted mismo dice "a ningún libro extraño escondido en el archivo más remoto".

Por cierto, me va a permitir que siga manteniendo el anonimato y que en ese juego de ocultación lo rete a adivinar mi verdadera identidad. No me cabe la menor duda de que con su inteligencia lo conseguirá. Tampoco le doy mi teléfono porque aunque usted no se lo crea ya lo tiene.

Unknown dijo...

Doctor Almagro García, es cierto que tengo su teléfono, de hecho tuve el gusto de perdírselo a Ramón Beltrán, pues quería realizar un segundo programa con usted y quería haber tenido el honor de que nos hubiera dado su opinión constructiva y sobre la restauración. Al enterarme del poco tiempo que quda para que sea abierta, decidí retrasarlo si el programa tenía audiencia.


Es cierto que usted conoce mucha bibliografía que yo no pueda conocer y viceversa (curiosamente en la catedral de Jaén hay unos censos impresionantes que por casualidad encontré entre los documentos de la colegiata de Alcaudete, allí los tiene, yo no los voy a utilizar).

No suelo quedarme con nada de nadie y le he citado las veces que ha sido necesario en mis publicaciones (yo también las tengo y no se las que tendré cuando llegue a su edad). Usted que estuvo en mi tesis, pues tuve el gusto de invitarlo aún de no conocerlo, sabe que no llevo mucho tiempo siendo doctor.

Pero al igual que usted, soy tan doctor como usted y he pasado los trámites necesarios para ello delante de cuatro catedráticos y por tanto igual que le he mandado conscientemente a leer, sabiendo a quien mandaba, no le permito que me indique que hable con supuesta erudicción.

De doctor a doctor, le he de decir que esté donde esté y lea lo que lea, jamás escribiría en contra de un colega, en todo caso aparte compartiría con él sus opiniones para llegar a algo más fructífero. Es algo que me enseñó el Doctor León Coloma y que está en mi ética y en mi moral. Por esta circunstancia aprendida a lo largo del tiempo, nunca le contradeciré y es evidente que no pienso enlazar una discusión con un igual a mí. Por tanto con este comentario termina mi inserción en este blog.

Reciba un cordial saludo y abrazo estimado colega.

La Hermana Tornera dijo...

Defender la verdad no es hablar mal de nadie ni menospreciarlo. En ningún momento he hablado mal de usted, simplemente he cuestionado sus afirmaciones, que es muy distinto, por considerarlas erróneas. Tiene que comprender que realizar un programa de televisión tiene esos riesgos. He dedicado muchos años de mi vida al estudio de esta iglesia y creo tener el derecho y el deber de defenderla frente a un colega o frente a quien corresponda. Eso es todo. Por lo demás, me permito recordarle el dicho clásico que sentencia "ne sutor ultra crepidam". Yo me lo aplico y me va bien.

Unknown dijo...

Creo que por unos momentos, o unas horas se está "fracturando" la paz del convento.

Como asiduo visitante de este torno y por la amistad que tengo con la Hermana Tornera y con Pablo, y dada la alta estima que tengo a los bastos conocimientos que ambos tienen de estos temas, me agradaría mucho que en aras del público conocimiento de los que, como un humilde servidor, no alcanzamos a saber, sería interesante, no un debate, sino una amplia exposición, [b]conjunta[/b] que no enfrentada, de la información que a los "feligreses" e interesados en la Iglesia de Santa María no nos ha llegado.

Por este motivo, y pensando que muchas veces de un pequeño "roce" puede aparecer una gran colaboración, apelo a ambos, a que unidos para sacarnos de la ignorancia a los muchos interesados en el tema de la Real Colegiata, se realice, no sólo un "posible" programa, sino muchos, o multiples colaboraciones, que hagan entender, a mí personalmente, así como al resto de la "feligresía", qué era, qué es y como debería ser nuestra Iglesia Mayor.

Ruego a ambos se planteen mi humilde propuesta, y acepten la posibilidad de tenderse la mano como "doctos colegas" dedicados al estudio y el conocimiento.

Ambos me conocen bien y saben que este ruego sale del fondo de mi corazón.

Un saludo.

Diego de la Cruz dijo...

Debate habemus. Esto me recuerda las réplicas y contrarréplicas entre Ginés de la Jara Torres Navarrete y Juan Ramón Martínez Elvira en IBIUT. Seguro que estas discrepancias arrojan más luz sobre lo ya sabido y todos salimos ganando. Salud, hermana.

Tomado de la RAE dijo...

basto (1)

(De or. inc.; cf. lat. vulg. bastum, palo).


1. m. Cierto género de aparejo o albarda que llevan las caballerías de carga.

2. m. As en el palo de naipes llamado bastos. EL basto

3. m. Cada uno de los naipes del palo de bastos.

4. m. pl. Uno de los cuatro palos de la baraja española, en cuyos naipes está representado por una o varias figuras de leños a modo de clavas.

5. m. pl. Am. Almohadas que forman el lomillo.



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basto (2), ta.

(De bastar1).


1. adj. Grosero, tosco, sin pulimento.

2. adj. Dicho de una persona: tosca (‖ grosera).

3. adj. ant. Se decía de lo que está abastecido.

Anónimo dijo...

VASTO. Quiso decir el amigo Manuel.

Para el que Anónimo se dijo...

No me cabe duda de ello (conozco personalmente a Manolo Ruiz y lo sé de sobra). Sólo pretendía apuntar, aunque quizás no lo haya conseguido, lo fácil que puede resultar interpretar mal las cosas por causa de una mera errata con el teclado. Calificar de "bastos" los conocimientos de los que intervienen en el debate bien pudiera haberse interpretado mal, pero todos lo hemos tomado como la errata que es y nadie se ha irritado por ello. Que con todo sea igual: Hay expresiones que pueden estar mal dichas, aunque también pueden estar mal entendidas.
Un saludo.

Unknown dijo...

Perdon, donde dije Bastos, quise decir vastos, espero acepten "vuesas" mercedes mis más humildes disculpas.

Un saludo.

La Hermana Tornera dijo...

Mucho alboroto se me está metiendo en el convento. Esto más que un torno parece la boca del metro.

Anónimo dijo...

Me gustaría ante todo darle una palmadita en la espalda a Pablochechu y decirle que no sea tan prepotente.
Si bien es cierto que es Doctor al igual que la hermana tornera, deberia de tener un poquito de humildad y respero hacia personas que tienen bastante mas años que el. Mas años de edad, y mas años de experiencia. Que por tener un doctorado con 27 años, no le llega ni a la altura de la zapatilla a la Hermana Tornera que tiene un bagaje a sus espaldas.
Sólamente queria decir esto.
Una Licenciada en Bellas Artes que no por ser Licenciada me considero nada.

Anónimo dijo...

Estimados amigos. Estoy atónito ante lo que estoy viendo. Soy muy joven y aún tengo mucho por aprender, pero lo que no puedo creer es la transformación que ha sufrido este templo. ¿Por qué se sigue restaurando como durante el franquismo?. Se sigue buscando la grandeza de un templo en un estilo concreto en función de lo que interese, pero ¿por qué hay que falsear la historia de un edificio?. No entiendo nada. Mención aparte el comentario que acompaña el programa porque lo verdaderamente grave, a mi parecer, es la intervención realizada en este espacio.

Lamento sinceramente está pérdida tan importante de identidad de un espacio tan destacado como éste.

Desde la tristeza más grande

Un saludo

Neptuno

LA HERMANA PECADORA dijo...

Recluida en la celda de castigo, con mis cilicios y mis cosas, según suele tenerme la Madre Superiora como penitencia de mis muchos pecados, no puedo olisconear u holisconear, que el DRAE no me saca de esta duda, todo lo que quisiera por este bendito torno. Pero hete aquí que tropiezo en él a hurtadillas y con el hábito arremangado, como para no hacer ruido mientras deambulo por los claustros de la clausura en busca del internet, que el diablo confunda, me sorprendo de que haya un programa de televisión dedicado a Santa María. Lo busco en las redes y lo veo de cabo a rabo, y no paro de acerme cruces ante tamaña acumulación de despropósitos, desconocimientos adobados de sabiduría prepotente e ignorancia supina. Descanse, Hermana Tornera, y no se entrometa en estas discusiones, que es tanto como darse de bruces con un cántaro vacío.

Anónimo dijo...

A muchos arquitectos los sacas del proyecto de pisos con tres dormitorios, salón comedor y cocina y cuarto de baño alicatados hasta el techo y se pierden tanto que son capaces de convertir un templo de aspecto barroco el otro mudéjar. Y además todo lo hacen con la misma poca vergüenza.