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Hasta estas soledades llega el estruendo de la feria de la tapa. La queja de los vecinos se extiende y adelgaza hasta filtrarse por las angosturas de este torno, construido -como bien dice nuestra Madre Superiora- para alejarnos de la presencia de los demás, no para aislarnos de su dolor y su lamento. Apesadumbrados no comprenden, porque no se comprende, qué gana y quién lo gana con mantener a cientos de personas y a sus hijos pequeños en vela durante días, mientras otros -dicen que siempre los mismos- beben cerveza, tapean (mal, al parecer), gritan, orinan y convierten la parte de la ciudad que ALCISER escoge en un lugar donde no existe ley, ni respeto, ni limpieza, ni decoro de ningún tipo. Desesperados saben que no pueden acudir a la Policía Local, pues es esa propia Policía la que corta las calles, consiente que ante sus narices se aparque en aceras, pasos de peatones y parterres a la vez que presta una apariencia de normalidad a lo que no es sino una aberración. Iniquidad que ALCISER promueve y que Ayuntamiento y Junta de Andalucía apoyan y consideran una pujante manifestación de modernidad. Lo moderno se muestra como pisotear los derechos de los vecinos, sucumbir a la presión de los mismos emprendedores de siempre y promover botellones oficializados, que son elemento de orgullo para desaprensivos, memos y políticos infelices al tiempo que merecen páginas laudatorias de sagaces redactores en insobornables periódicos, todos ellos señaladamente independientes. Aunque las de mi Congregación hemos renunciado a vivir en el siglo, nos aflige tanto dolor de tantos en beneficio de tan pocos. A ALCISER, que supongo que no podrá demostrar que mejora con estas mamarrachadas el comercio local; al Ayuntamiento, que como siempre se rinde ante los amigos (y no sabe escoger sus amistades); a la Junta de Andalucía de la que estos sagrados hábitos impiden que diga lo que pienso, sólo les deseo que Dios fortalezca la memoria de los vecinos de esta ciudad para que no olviden las cosas que suceden en días como estos. Tiempos vendrán en que llegue el momento de que las recuerden y las agradezcan.
8 comentarios:
Vamos de compras sólo una vez a la semana y en coche, así que podemos ir a comprar a Baeza o a Linares y le devolvemos los favores a Alciser
¡Ay Madre! A estas horas todavía no ha venido el padre confesor y yo necesito confesarme con alguien. Que resulta que el sábado, burlando la vigilancia de la Madre Portera, me escapé de este convento nuestro y me fui, hábitos remangados en ristre, a probar las mieles de la Feria bartolina. ¿Y que dirá su maternidad que vi? Pues colas para comprar tickets que sólo servían para un día (como las confesiones de esta pecadora que siempre recae en el pecado), colas para que te dieran una cervecita en vaso de plástico (en mi descargo diré que mientras esperaba me dio tiempo a despachar medio rosario, escandalizada ante tanto menor como allí se le servía alcohol), colas para conseguir una magra tapa que le aseguro no rompe los ayunos a que nuestros hábitos nos obligan, ni los hubiese roto aún siendo día de Viernes Santo.
Y aquí estoy esperando, entre las rosas de nuestro huerto, a que llegue Fray Bartolo Tapatensis y pueda confesarle estos pecadillos míos, con firme propósito de enmienda, que no pienso volver a escaparme para pisar tan espantoso acto. Y después de confesar, iré a lavar el hábito, hermana tornera, que con la escasa bebienda y la escasa comienda me dieron ganas de mear, escasamente, y se me llenaron los bajos de tan sagrado ropaje con orines de zangalitronas desvergonzadas. Ay Jesús, qué cruz y qué merecida penitencia he recibido por mi escapada.
Nos vemos en el Ángelus...
Aquí lo único tradicional es el "panem et circus" de siempre. Por cierto, si se pregunta en "google" por feria de la tapa aparecen cerca de 600.000 entradas. La originalidad del "evento" es la misma que la de las fuentecitas con chorros de colores que en la película ¡Bienvenido Mister Marshall! todos los pueblos habían hecho o pensaban hacer.
No voy a esta Feria por su aglomeración, cutrerio, falta de Higiene, etc.
¿pero que diferencia hay con algunos actos que organizan o colaboran las COFRADIAS...
EJEM.... Feria, Cruces de Mayo, Semana Santa, Fiestas del Renacimiento y un largo ETC.....
QUE DIOS ME PERDONE.
Perdon reverenda madre soy yo otra vez, en el ETC... se me olvido la colaboración en un acto Politico del Partido Andalucista, en pleno centro historico, "Patrimonio de la Humanidad", de una COFRADÍA.
Centro Historico cortado al trafico y masificación de coches en sus calles más cercanas, orines, escandalo, suciedad, etc..................
Donde estabas todo este tiempo cuando se celebraban los actos en la Pl. 1º de Mayo.
Que se vayan a la mierda ALCISER, la feria de la tapa y le acompañe todo el que este de acuerdo con semejante despropósito. ¿Por qué no ponen la feria de la tapa, debajo del bacón de Clemente, o al lado de la casa de Marcelino? ¡Vaya feriaso! Todo vale cuando se trata de la diversión del pueblo. A partir de ahí, todos los derechos de los ciudadanos quedan abolidos por decreto.
¡Ay Madre! Que Fray Bartolo no llega y yo tengo una comezón por dentro que no me deja vivir y que me tengo que confesar. Durante el ángelus he estado todo el ratico pensando en el pecado que cometí marchándome a la Feria de la Tapa y ahora he burlado a la Hermana Ordenadora y me he puesto a mirar esto y he visto que algunos comentan que son nuestras propias cofradías (el Señor las perdone) las que colaboran en esta estúpida celebración, facilitando alcohol a menores y engañando (¿se han olvidado del 7º y el 8º mandamientos o es que están eximidos de su cumplimiento cuando montan una barra?) al personal. ¡Qué vida, Madre, qué vida!
La Hermana pecadora.
Hermana Tornera, observo con desconsuelo el estrépito que ha causado con su salida a la plaza pública con eso de la feria de tapa y los botellones oficiales.
Visto lo abultado de los comentarios y su abundancia doy en pensar que su maternidad ha tocado tantas fibras sensibles y tan doloridas que acaso las consecuencias excedan la intención que sanamente albergaba.
Como ve, una de sus hermanas de congregación se acusa de haber traspasado las obligaciones de la regla (la iherosolimitana, no la otra, leñes) y haberse zambullido en ese mar de ruido y remanso de mal gusto que es la feria de la tapa.
Pero es que ha conseguido que otro que no se identifica, atemorizado sin duda por decir cuatro verdades, acuse también a las Cofradías de Semana Santa (No, hermana, no. De Semana Santa, no de cerveza tanta) de organizar botellones semejantes pretextando las santas Cruces de Mayo, no sé qué ferias del renacimiento e incluso apoyando en mítines políticos (tan pro papa quam pro rege, bibunt omnes sine lege).
Otro más pretende dañar a los organizadores de esta birria de feria perjudicando a los asociados de Alciser.
Incluso, en una llamada Calle del Ángel un periodista, agredido por alguno de su parciales, no sólo se lamenta de que las mismas almas descarriadas que acuden a semejantes concilios marchan después a terminar y rematar la faena en algún antro (tan lleno de perdición como falto de papeles )que se encuentra cerca de su casa; sino que además sostiente que vuestra maternidad puede confirmar cuanto dice (ya me explicará cómo) y que es usted "amigo suyo", aunque no se haya atrevido a sostener aquello de que nadie es perfecto.
Creame que me siento tan confuso por estas últimas revelaciones que no sé ya qué contestar a cuantos, ignoro por qué motivo, me invocan en este espacio tan virtual como poco virtuoso.
Pido disculpas por las limitaciones que me impiden responer adecuadamente a cuanto se me plantea abrumado por cuanto he oído. A su maternidad, por no haberle confesado antes que escribí años atrás unas letrillas glosando las más reputadas (quiero decir destacadas, señaladas, principales, ¡que oye usted lo que quiere!) características de esta fiesta de la tapa. Y también a quien terminaba su intervención con un QUE DIOS ME PERDONE, por no haber comenzado invocando el nombre de Dios y pidiendo, junto con él, perdón para todos.
Aunque estoy con usted, Hermana Tornera, en que los organizadores de la feria de la tapa y otras celebraciones semejantes ya se autodenominen ferias, fiestas, cruces o cualesquiera otra forma semejante, acaso no merezcan el perdón de Dios.
De las sordas y las ligeras ya hablaremos más reservadamente.
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