Verdaderamente el Consistorio en todas y cada una de las "legislaturas" se esmera en el cuidado de nuestro patrimonio cuando tiene lugar alguno de los muchos y magnos "eventos" que salpicando el calendario dinamizan casi sin descanso la vida de nuestra ciudad. En esta ocasión -aunque pudiera valer cualquiera otra- de lo que se trata es de la utilización una vez más del hospital de Santiago como tablón de anuncios y como lugar de aparcamiento elevado (por lo de la lonja). Y me comenta el alma generosa que me ha proporcionado las fotografías que ilustran este humilde comentario que, en el momento de hacerlas, unos turistas llegados de lejanas tierras se lamentaban muy mucho de la imposibilidad de apreciar en su magnitud tan importante como decorado monumento. Pobres ignorantes... no han llegado a comprender que en el interior se está celebrando nada más y nada menos que el XXII Certamen Comercial de La Loma. De haberlo sabido, casi con toda seguridad, no hubieran hecho quejumbrosos comentarios y hubieran vuelto satisfechos a su país de origen y deseosos de narrar a sus compatriotas las magnificencias de Úbeda y de sus "eventos". Y por cierto, para los turistas y para todo el que lo ignore, un certamen comercial de La Loma es algo así como el mercadillo de los viernes pero celebrado en un "marco incomparable" y a lo fino y elegante.
2 comentarios:
¿Sabrá decirme su maternidad, que todo lo sabe, así el Señor le dé buena manderecha, si los cartones, bolsas, embalajes, chicles, palés, botellas, piltrafas, papeles, folletos, plásticos, etiquetas, minutas, chuletas, pringue, ceniceros, colillas, tapaderas, pingajos, carteles, ventas frustradas y herrumbrosas intenciones las retiran los propios comerciantes o son envejecidas previamente en alguno de los vertederos de que el Ayuntamiento dispone en el Hospital de Santiago, antes de que operarios públicos, con cargo al presupuesto, los retiren cuando ya hayan transferido su carácter a todos los rincones de tan magno edificio, incluso a los no hace tanto descubiertos por expertos del Sr. Concejal que ahora, abiertos al fin los ojos a la luz, derrocha ingenio lamentando lo difícil, angosto y peligroso de la pasarela que une la ciudad con el Paraíso, digo, con la Feria?
Mucho quiere don Jacobo que le conteste. La omnisciencia no es atributo de los humanos ni, por supuesto, de esta humilde tornera. Pero me dicen que que en el Ayuntamiento concejales hay (otros no tanto) que de todo entienden, que todo lo saben y de todo se encargan. Le exhorto a que pregunte en esa casa, en otros tiempos lugar de fe y oración, y hoy, de pasiva esperanza en milagros imposibles.
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