Con esos adjetivos del título podríamos calificar de una forma moderna los remates decorativos que están completando la intervención en la antigua casona de la calle Montiel que dentro de poco se convertirá en un apartahotel tan lujoso como poco respetuoso con el patrimonio. Así lo denunciamos en la entrada de este cuaderno titulada "PEOR EL REMEDIO QUE LA ENFERMEDAD", quejándonos de lo poco afortunada de la misma (aparición de volúmenes y macizado de espacios) a pesar de tener todos los permisos del mundo. Ahora no nos queda sino ratificarnos a la vista de esos lindos colores malva y gris metalizado (algo purpurinoso) dispuestos en medianerías y recercos de algunos vanos, destacándose sobre el inmaculado blanco sintético que poco tiene que ver con la cal y enfoscado que en su momento tuvo la fachada.
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