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TRADICIONALES CRUCES DE MAYO

LXV

Hoy el hábito me obliga, y aun reconociendo que ya es algo tarde, no quería dejar de ponderar la celebración de la muy tradicional y ancestral (se remonta a seis, ocho o diez años) fiesta de las Cruces de Mayo. Y lo hago, porque muchos son, con el beneplácito de nuestro muy amado y providencial Ayuntamiento y de su Concejalía de Festejos y con la colaboración de distintas entidades y cofradías, los aciertos que trae consigo. A saber: alto valor artístico de las cruces instaladas, respeto a las mismas rodeándolas de moderadas y discretas terrazas de cuidado y bello mobiliario, dinamización con chiringuitos del casco histórico, ensalzamiento de la plaza de Santa María como espacio declarado patrimonio mundial por la UNESCO, santificación de los botellones callejeros ya institucionalizados en numerosos y diferentes "eventos" de carácter profano y otras tantas virtudes que a la vista quedan reflejadas en las fotografías. En fin, una vez más se demuestra el alto concepto que de lo cultural tienen nuestras muy benefactoras autoridades y demás fuerzas vivas.

1 comentario:

Diego de la Cruz dijo...

¡Ay, hermana! He de confesar públicamente mi debilidad y el haber cometido uno de los pecados capitales, la GULA, cuando el ¡viernes! -día de abstinencia-, en el crepúsculo vespertino, ingerí - con conocimiento de causa, sin dolor de corazón, pero con propósito de enmienda- un suculento chorizo a la plancha y un más que estimable pincho moruno, acompañados de sendas cervezas, en uno de los ancestrales garitos cruceros instalados al aire libre en la patrimonial zona. No sé lo que me tendrá reservado la justicia Divina, pero el hecho de que en ese día y a esas horas la cerveza ya estuviera fresquita y la plancha funcionando a pleno rendimiento, aunque las cruces estaban siendo montadas o dándoles los últimos retoques, me hace pensar que las cruces son la excusa perfecta para el botellón legal; de todas formas, espero que mi ligaílla, sin estar todavía montada la cruz, tenga lo que la justicia terrena considera atenuante y/o eximente, y no me sea impuesta una penitencia severa; yo, por mi parte, he hecho la promesa solemne de ingerir bebidas sólo en las terrazas expresamente habilitadas para ello y que cumplan con los requisitos de mobiliario -mesas, sillas, sombrillas- acordes con el monumental entorno. Interceda por mí y cuídese.