Bien sabe Dios que esto del ciclismo no es cosa de conventos, pero me ha llegado una fotografía que recoge el recién inaugurado carril bici, que no se sabe muy bien cuándo terminará de unir las ciudades hermanas de Úbeda y Baeza (por aquello de su declaración como patrimonio mundial), y las cosas ya están muy claras: como sólo ha costado unos míseros 400.000 € la obra ha empezado a presentar, por supuesto antes de su muy publicitada inauguración, determinados vicios constructivos en forma de largas y serpenteantes grietas. Aunque quizá me equivoque y todo esto no sea sino la búsqueda por parte de su diseñador de una simbólica representación del estado de gran parte del patrimonio de las ciudades que pretende unir.
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