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LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS

LXXXIX
Pues qué quieren ustedes que les diga. Está claro que entre la losa tradicional (calle Corredera) y la que se viene poniendo últimamente (calle de los Mesones) no hay comparación que resista. La primera, nos hace distintos y concede personalidad a nuestras calles, a nuestra ciudad en definitiva; la segunda, sólo nos hace socios de ese club de ciudades y de oficinas técnicas que echan mano de los mismos catálogos de materiales arquitectónicos al uso -por supuesto de primera calidad- para así conseguir ese aborregamiento urbanístico que venimos padeciendo. En fin, que cada sacristán doble por su difunto y que cada responsable aguante su catalogada conciencia.

3 comentarios:

Diego de la Cruz dijo...

Reverenda madre, creo que nos estamos obcecando con esto de las piedras y las losas; con lo bonito y lisito que está quedando todo en Úbeda... Hace unos días estuve en Pedraza (Segovia) y allí está todo empedrado y, créame, es un asco: tropiezas, se te clavan las piedras en las suelas, los coches(no hay) no te empujan a las aceras, lo dicho, un asco. Donde se ponga la modernidad y la comodidad que se quiten las antiguallas, basta de carencias, que para eso somos Patrimonio de la Humanidad. Cuídese.

Fr. B. Tapatensis dijo...

Será por aquello de los muchos años pero, Don Diego de la Cruz ¿podría vuesamerced recordarme qué es una acera?

Diego de la Cruz dijo...

Fray Barlolo, no sé si esto que le digo a continuación es la definición exacta, pero ahí va: zona de la calle destinada al paso de los viandantes a nivel superior, separada de la calzada por bordillos y que, en la nueva concepción del urbanismo, ya no existe; se adivina por unos pinetes o cualquier costoso y peligroso elemento que separa ambas zonas (seguro que me he enrollado); pero a lo que iba, si esto que se hace ahora es reflejo de la modernidad, no tiene visos de maridaje con lo que se debe proteger y conservar a resultas de la Declaración de 2003. Un saludo