Cuando se decide plantar un arbolito o cualquier otra planta delante de nuestros monumentos todo queda muy mono, primoroso y ecológico. Pero claro, luego pasa lo que pasa, y esas monadas crecen hasta taparlo prácticamente todo. Mucho ejemplos se podían poner de este hecho, incluso de algunos ya hemos realizado comentarios, y, por ello, hoy sólo nos centramos en uno de los lienzos de muralla del Rastro porque ya casi nada se puede apreciar del mismo. Y viendo la fotografía, comprendo que las murallas de Úbeda no son las de Lugo ni las de Ávila, pero tampoco son tan feas como para esconderlas...
5 comentarios:
Pues los pueden talar, total, cuatro más o cuatro menos.... Lo que hay que ver. Prefiero menos piedra y más vida.
Pues muy bien, podríamos quedar para dinamitar la muralla y así la "vida" se desarrollará sin cortapisas. También, de camino, podemos derribar el hospital de Santiago para que el laurel crezca sin molestias. Total, hablamos sólo de una paredón viejo y de un hospitalucho del siglo XVI...
muy bien, pero es que antes de plantarlos no se sabe como son, como van sus raices, su poda, etc?
No se puede plantar y después decir que si las ramas, que si las raices... Pensar antes que actuar
Te molestan los árboles (dan vida, alimento y aire puro), pero no te molesta el bloque de pisos de la derecha. Curioso.
Prueba a comerte un ladrillo, quizás eso te haga recordar de donde vienes y qué es lo realmente importante: ¿vida o asfalto?
Arboles, plantas, naturaleza y vida.
Sólo tenemos que pensar que tipo de arbol, arbusto o lo que sea, para no malgastar el dinero público. Si se plantan sin criterio, no tiene sentido. Es como construir sin razón.
La convivencia entre naturaleza y piedras es posible, pues hagamoslo.
Los arboles son equilibro del sistema, pensemos cuales son los idóneos para cada espacio y apliquemos criterios respetuosos.
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