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ALGO SOBRE SANTA MARÍA

XXXVII



Ante la muy reciente publicación en la prensa provincial de la inminente reanudación de las obras de la última fase de la restauración (o de lo que sea, pero siempre injustificable) de Santa María, no se me ocurre sino decir: ¡qué la madre superiora nos asista y consuele por los muchos desmanes que aún pueden perpetrarle impunemente a tan honorable templo! Mucha tela hay que cortar -y se cortará-, pero hoy sólo hablaré de las capillas por ser algunos de los espacios ya terminados, y lo hago sobrecogida y presa de un frío temblor, al tiempo que preguntándome cómo una supuestamente comisión de expertos: la Provincial de Patrimonio, ha podido permitir tan claros desmanes y desaciertos. Cuatro son los ejemplos que presento, pero podrían ser bastantes más. Como puede verse, la capilla Mayor (que ya llegaba tocada con la presencia de una portada sacada de contexto) ha sido dotada de un hermoso color salmón, el mismo que tan de moda han puesto los denominados "pintores interioristas" para salones de pisos, aunque sean de pocas habitaciones y con cocina y cuarto de baño alicatados hasta el techo; la pena es que se les haya olvidado un elegante y encubridor fondo de gotelé. La segunda es la capilla de San Gregorio y de San Juan de Letrán, que ocupaba el Cristo de la Caída. Pocos comentarios caben ante ese picado de la piedra y ese hermoso mármol rosa que cubre suelo y zócalo. Con todo, hay que admitir cierta preocupación estética en el uso de este color para combinar con el salmón ya comentado. La tercera es la de Nuestra Señora de Guadalupe. Aquí la estupidez humana en forma de manía por usar y descubrir la piedra ha llegado a la culminación. Y es que resulta ridículo que uno de los arcos, con decoración de bolas, que fue altar en la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, se haya macizado de piedra de una calidad ínfima. Sin duda el señor arquitecto responsable no debió asistir a clase el día en el que explicaron que el espacio interior de un arco se llama vano precisamente por no contener elementos que lo conviertan en una pared. Finalmente, en la capilla del canónigo Magaña, se alcanzan las más altas cotas del disparate en forma una vez más de bellos paramentos picados o bien cubiertos de un estiloso enlucido salmón (sin duda para dar una nota de sofisticación), elegantes y tradicionales suelo y friso de piedra artificial y una inefable vidriera quizá inspirada en el neoplasticismo de Piet Mondrian. Ver la pila bautismal entre tanto disparate no da sino pena. En fin, y como resumen, convencida estoy de que los restos de incienso que hubieran podido permanecer incrustados en los muros de la Colegial han hecho marearse y perder el sentido a los responsables de la obra. De no ser así, y que Dios me perdone los malos pensamientos, bien podría llegar a sospecharse que en Santa María se ha fumado de todo y mucho.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La vergüenza es que nadie responda de tantas barbaridades realizadas durante tanto tiempo con dinero público.

Diego de la Cruz dijo...

Hermana tornera, su buena fe mueve montañas. Da pábulo a cualquier cosa que le digan. ¿Cómo van a reanudarse las obras en Santa María sin elecciones a la vista? La Colegial lleva el mismo camino que la autovía Linares-Albacete. Salude a la hermana pecadora.

Anónimo dijo...

Reanudación inminente? no creo que se den tantas prisas, así por así... y bueno, sobre los desmanes que se han hecho en Santa María, creo que la hermana portera se ha quedado corta. Corroboro el dudoso gusto de los estucados salmón, el eterno deseo de sacar una piedra sin labrar, mármoles, vidrieras minimalistas de ikea, etc... Y bueno, sobre algunos aspectos como la portada de la capilla y otras cosas (como desmontar la verja del coro para hacer lámparas y cruces y cerrar otras capillas), habría que acordarse de ciertos párrocos de los años 70. Con Dios, hermana!

La Hermana Tornera dijo...

Me acuerdo de los párrocos de los 70 y de todo lo que hicieron, pero es que ahora se actúa y perpetra con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio. Mal estaba lo de los años 70, lo de ahora, después de treinta y tantos años y de lo "cultos" que nos hemos vuelto, no tiene perdón de Dios.

Anónimo dijo...

Hermana tornera cuan razón tienes. L "piedritis" o "litolitis" a cara vista, sea mampuesto, pedrusco o maporro (todo da igual siempre que sea duro) se impone en todo el pueblo, y cómo va a ser Santa María excepción. Hermana siento que el impudor de nuestras construcciones se impone pero será el signo de los tiempos. ¡Joder que tropa!.